El
Consejo Local de Planificación Pública (CLPP) constituye un órgano con rango
constitucional (CRBV, artículo, 182); cuya naturaleza es abrir espacios de
incidencia ciudadana en la gestión del gobierno local. Esa apertura a la
participación ciudadana se ubica en un ámbito de actividad trascendente como es
la planificación local; es decir, la planificación del municipio. Así la planificación
municipal adquiere una naturaleza pública, “pero no exclusivamente estatal”; pues
reúne en su proceso de elaboración y decisión; tanto a las autoridades
municipales como a los actores no gubernamentales locales.
El CLPP
convierte la planificación del municipio, la planificación de las ciudades en
un tema para el encuentro, la discusión, el intercambio y la construcción de
consensos. La gestión del CLPP; por lo tanto, podría contribuir a una mayor gobernabilidad
de los proyectos de inversión local; pero sobre todo, para la construcción de
ciudadanía. En otras palabras y más directamemte, la actividad institucional de
los CLPP es por principio, de utilidad pública.
En realidad, la visión
descrita, no se corresponde con el desarrollo institucional alcanzado por los
CLPP; luego de 13 años de operatividad. Si bien estas instancias de cogobierno
surgieron con la Constitución del año 1999, su ley no fue promulgada; sino
hasta el 2002 (tres años después). Comenzaron a ser constituidos a partir de
2003, con muchas dificultades organizativas e incluso impugnaciones legales.
Cabe preguntarse, entonces ¿por qué un órgano constitucional para favorecer la
participación y la corresponsabilidad entre el Poder Público y la ciudadanía municipal
no ha logrado consolidarse; sino ofrecer resultados relativos? Podemos
identificar algunas causas. Leamos.
Una primera causa del
estancamiento institucional de los CLPP fue su aparición en medio de un clima
político altamente polarizado. La alta polarización política (impulsada desde
el gobierno nacional) logró que amplios sectores de la sociedad civil rechazara
a priori su creación. En tal sentido, el CLPP fue asociado de manera automática
al “proyecto oficialista” y, por lo tanto, no fue valorado con objetividad ni
prospectiva.
El debilitamiento del
CLPP también surgió de la resistencia a la democratización de las decisiones
relativas a las políticas públicas y a la asignación de recursos locales que
suponía su gestión. Alcaldes, concejales y miembros de las Juntas Parroquiales
no terminan de aceptar que ahora los procesos de planificación e inversión local
son “más públicos”, por la inclusión de voceros de las comunidades y la
sociedad organizada, no siempre afectos a su gestión.
El CLPP refleja también la
debilidad del movimiento vecinal. Me atrevo a sostener que, la debilidad de los
CLPP es directamente proporcional al repliegue y desarticulación del movimiento
comunitario. Al respecto cabe mencionar que, durante los últimos 20 años el
movimiento vecinal venezolano casi desapareció. Esto le impidió ejercer sus derechos
a la participación en la gestión local con eficacia política en un espacio como
el CLPP. A partir del año 2006 la gran mayoría del activismo vecinal se plegó a
la política de organización comunitaria impulsada por el Ejecutivo por medio de
los Consejos Comunales. Así vemos que, paradójicamente la rearticulación de la
dirigencia comunitaria se impulsa de nuevo por medio de una “iniciativa
oficialista”.
Los Consejos Comunales se
erigieron como una de las políticas de organización comunitaria más exitosas de
los últimos 30 años, superando la trascendencia socio-comunitaria alcanzada por
sus predecesoras las asociaciones de vecinos, en la década de los ochenta. Tanto
fue el éxito de los Consejos Comunales que sobre ellos el gobierno nacional trató
de impulsar su propuesta de “Estado comunal”, a partir de 2007.
Un elemento adicional en
este contexto es el desinterés de muchas de las organizaciones de desarrollo
social (ODS) por establecer vínculos con el Poder Público Municipal y, en
especial con los Consejos Locales de Planificación Pública. La experiencia indica
que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) no participan en los CLPP de
sus respectivos municipios por considerarlos “instancias politizadas” lejos de
sus propósitos organizativos; contribuyendo así
al debilitamiento de unas sanas relaciones entre el Poder Público y la
ciudadanía.
¿Es posible
emprender iniciativas para fortalecer órganos institucionales como el CLPP? La
respuesta es naturalmente positiva. Soy firme creyente que la reconstrucción
democrática de Venezuela pasa por establecimiento de espacios para el
reencuentro entre los distintos actores que hacen vida en la sociedad y, mucho
más en el municipio y sus parroquias. Y los CLPP –sin duda alguna-, brindan esa
oportunidad para que los ciudadanos participen en los asuntos locales y también influyan en las
decisiones que afectan su calidad de vida en su provecho y en beneficio de la
colectividad a la que pertenecen.
Si en realidad creemos que todas las personas que
hacen vida en los municipios tienen derecho a participar en los procesos de
decisión de las políticas públicas locales políticos; de hacer seguimiento y
control sobre la gestión de las políticas públicas y a exigir la transparencia y rendición
de cuentas de las autoridades municipales podremos identificar en los Consejos Locales de Planificación,
un mecanismo legítimo para el ejercicio de esos derechos.
@gestiondecambio
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