Los
movimientos vecinales se ubican en el marco de grupos sociales agrupados en la
defensa de derechos e intereses vinculados a su calidad de vida en un marco
territorial determinado, que pueden asumir diversas formas de organización
permanentes o no; según la consecución de los objetivos propuestos.
Entre las principales características del movimiento comunitario se pueden resaltar las
siguientes; a saber:
El movimiento vecinal se ubica en el ejercicio del derecho a la
participación popular en los asuntos públicos; tanto de naturaleza asistencial
como de política reivindicativa.
La naturaleza del movimiento comunitario es fundamentalmente local, circunscrita
a los límites de su comunidad y parroquia o municipio; aunque su incidencia en
los asuntos públicos puede alcanzar ámbitos regionales y nacionales.
El movimiento vecinal es un medio de participación alternativo a la
institucionalidad pública, privada
empresarial y partidista. El movimiento vecinal genera sus propios mecanismos
de organización e interacción; mediante los cuales trata de cumplir con sus
propósitos y objetivos ciudadanos.
El movimiento comunitario es autónomo, diverso y plural. La autonomía
es una cualidad indispensable para que el movimiento vecinal pueda actuar y
responder a los intereses comunitarios que debe representar. Su diversidad
recoge una amplia variedad de expresiones de lucha vecinal que puede involucrar
diferentes públicos y temas. Por otra parte, no tiene una sola expresión; sino
que por el contrario, puede cohabitar con otras manifestaciones ciudadanas.
Por último, el movimiento vecinal es competido y competitivo. En primer
lugar, puede sufrir la competencia o competir con otras manifestaciones
ciudadanas en su entorno natural en el tratamiento de un asunto determinado. En
este contexto, el movimiento vecinal puede establecer relaciones de cooperación
o de conflicto; tanto con el poder público como con otros actores sociales de
su medio ambiente.
Visto
desde esta perspectiva, valoramos al movimiento vecinal como una fuerza social
voluntaria, autónoma, reivindicativa y con profundas raíces populares
vinculadas a las luchas emprendidas en caseríos, barriadas y comunidades; tanto
por el mejoramiento de sus condiciones de vida material como por la
democratización de la gestión del Poder Público en sus distintos niveles
político-territoriales.
@gestiondecambio
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