La planificación puede convertirse en una herramienta estratégica para la construcción del país que merecemos todos los venezolanos y venezolanas. La planificación tiene que ser concebida como un instrumento para la participación, la descentralización y la construcción de consensos con los distintos sectores de la ciudadanía de nuestra nación y no solamente una parte de ella. Con exclusión no puede haber planificación pública.
A la nueva Asamblea Nacional le corresponderá revisar el marco legal vigente (Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular; y Ley de la Comisión Central de Planificación) para así mejorar los procesos de consulta allí contemplados y transformarlos en verdaderos mecanismos abiertos, democráticos y de participación que comprendan tanto a las autoridades estadales, las autoridades del ámbito metropolitano y locales de los municipios; como también -y con especial énfasis- a los representantes voceros comunitarios y, a la vocería de los sectores económicos y sociales del país.
En este contexto, y a los efectos de lograr una mayor eficacia en los objetivos de inclusión y participación ciudadana, una revisión legal tendría que considerar e integrar al sector privado empresarial como un aliado estratégico para el desarrollo de una nueva cultura ciudadana y participativa dentro del proceso de cambio y planificación del desarrollo, que nuestro país requiere.
De la misma manera, una nueva ley de orgánica de planificación estará orientada a la promoción de las buenas prácticas de responsabilidad social empresarial y, en general, a propiciar que las iniciativas del sector privado contribuyan a la realización exitosa de los proyectos consensuados y contemplados en los distintos niveles político-territoriales de gobierno.
@migonzalezm
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